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Des-educarse: Sobre el arte perdido de ser niños. Sobre el arte olvidado de ser adultos.

1.
Hemos sido educados para que justifiquemos, perpetuemos, e incluso agradezcamos la coacción y la falta de respeto. En el mejor de los casos quisieron sacar lo mejor de nosotros, pero ¿hacia qué mundo?¿hacia qué cultura?¿hacia qué hogar? Vivimos acatando y defendiendo leyes arbitrarias, un estado de las cosas que nos impusieron como cierto y objetivo, un mundo de segunda mano, inoculado el virus de la inercia. Una cadena de engaños cuyo origen se hunde en los confines del miedo. Nos enseñaron a asumir un universo que nos hace sentir pequeños, porque no sabemos que ese universo está dentro de nosotros.

Des-educarse es fundar de una vez por todas el mundo a voluntad y darse a luz en él. ¿Acaso existe el ser humano?¿Hemos descubierto acaso vida en este planeta?¿Y si todo lo que aprendiste a dar por sentado fuese lo único que no existe?¿Y si fuésemos monos dormidos, y pudiéramos vomitar el somnífero que nos obligaron a tragar siendo aún una cría indefensa?

2.
Ese niño que vino a través de vosotros no es vuestro, y vosotros no sois de nadie. Pertenecéis a la misma inteligencia que conformamos entre todos, y que clama por ser cumplida de una forma genuina a través de cada individuo. ¿No sientes nunca la mordaza, toda esa inocencia salvaje queriendo expresarse a pesar tuya, a pesar de tu educación, de tus valores y principios, queriendo educarse a sí misma? Idealizamos la niñez porque nos suelen inocular la tonta y ciega adoración a la experiencia, y así el desprecio hacia el asombro y el miedo a vivirlo todo por vez primera, sin prejuicios. No es que los niños sean más inteligentes, es que nos educan para crecer siendo cada vez más tontos.

3.
No hay padres. No hay profesores. No hay guías ni maestros. Son niños jugando a serlo, hijos, hijos todos. No hay más que hijos. Todos somos hijos. Quien olvida que es un hijo, jamás podrá ser adulto, jamás podrá salvar a ningún niño de su puñetero relevo, e intentará educarle. No educamos por el bien de quien pretendemos educar, sino por nuestro bien, para que nos dejen tranquilos.

Tus hijos no te necesitan. Necesitan que te quites de en medio, quedando así por fin disponible para ellos. Tus padres no te necesitan. Necesitan que no finjas querer ser un niño bueno, para poder justificar tu dependencia aún de ellos. Necesitan que les traiciones para que así les liberes. Todos necesitamos dejar de ponernos como excusa los unos a los otros.

4.
Des-educarse para poder educarse y convertirse en ejemplo, dejando así en paz a todos los hijos. Abstenerse de educar. Abstenerse de repartir somníferos, de obedecer y legitimar todo lo que nos dañó, o nos forzó, o nos adoctrinó amablemente. No estorbar al niño. No estorbar así al niño que somos. Por primera vez, sentirse libre. Crear nuestro sistema educativo personal e intransferible. Conquistar la magia del individuo, mancillada por el deseo inculcado de pertenecer al rebaño.

No somos animales de costumbres. Somos salvajes y bellos extraterrestres hipnotizados por unas costumbres de animales gregarios y tontos. Hasta hoy. Si quieres. Hoy. Puedes volar hasta tu verdadero planeta. Des-educarse es regresar al hogar, allí donde todo es posible, allí de donde nunca hace falta ya regresar.

Imparte: David Testal

 

Fecha: Sábado 19 y Domingo 20 de Enero de 2019

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Horario: 

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Sábado de 16h a 20h

Domingo de 11h a 15h 

 

Dirección: Calle Bailén, 113, 1º 1ª Barcelona

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Precio: 120€

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